Va de niños y niñas y algunos menos niños y niñas
Rafita tiene 6 años, la misma edad que nuestro proyecto en Kenya. Es el más pequeño del grupo y lleva la percusión en la sangre. Aprendió ritmos antes de hablar… le hemos visto crecer y en este viaje, ha sido la mejor de las realidades.
Ya puede colgarse un tambor: una “caixa” que le hemos preparado y afinado como “surdo medio” y que toca y mueve con soltura… y esa carita de felicidad que pone en cuanto empieza a tocar.
Mientras grabábamos, había que repetir tomas y nada más lejos de aburrirse… “again Gotzon” repetía una y otra vez…
Como él hay otra nueva tanda de percusionistas y los más mayores que les enseñan y tutelan. Tendríais que ver nuestras caras de felicidad cuando vamos sintiendo su evolución, año tras año y cuando vamos viendo como se transforman en “personitas”.
Nos han ganado el corazón y ya hace tiempo que forman parte de nuestras vidas: ¡¡¡FAMILIAAAAA!!!
Ah! y felicitad moved el vídeo si os gusta
bellísimos rostros del alma…
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