Primer taller de percusión impartido por los niños

Nos invitan a tocar en una fiesta en el Diamond Beach, un precioso lugar en Manda, a la orilla de la playa. Uno de esos lugares paradisíacos con los que muchas veces soñamos.

Kate, Mamá Baracca, nos pone el dowh para llevar a todos los niños y los instrumentos hasta la isla de enfrente (Manda). Una tarde festiva que todos agradecemos y que nos va a dar la posibilidad de hacer el primer taller de percusión, para muzungus (blancos), impartido por Unai, pero con la colaboración de los niños… ellos no lo saben…

Justo a la caída del sol: 17.30, empiezan a sonar los tambores. Los asistentes a la fiesta dejan de hablar y poco a poco van entrando en los ritmos de la Anidan-Bloko del Valle Junors Band, sorprendidos y atónitos al ver lo que estaba pasando delante de ellos. Alegría, música, danza, y todo a cargo de unos niños y niñas que dan todo lo que llevan dentro, que es mucho. Al finalizar, se descuelgan los tambores e invitan a los asistentes a incorporarse al grupo. Al principio, titubeos… “yo no sé”… “no tengo ritmo”… pero van perdiendo sus miedos y se animan a colgarse el tambor y coger las mazas. Cada niño al lado de su instrumento apoyando a su alumno. ¡Qué bonita experiencia!… y lo hicieron muy bien. La gente se fue muy contenta con la experiencia.

Es algo que queríamos proponer a los locales turísticos como una oferta diferente y que si lo ven y lo sienten, puede abrir un camino para los más mayores… siempre que el turismo vuelva a Lamu.

Ahora, tras 6 años de trabajo, ya empiezan a caminar solos y esta puerta les puede dar, además de visibilidad, una pequeña economía con la que ir progresando.

La vuelta a casa, en el barco, por la noche, entre la luna y el plancton, es algo que no os vamos a contar… imaginároslo…