La ANIDAN-Bloko del Valle Juniors Band, se suma a la fiesta
Hasta ahora han sido los Children los protagonistas, ahora les toca a los Juniors. “Pasacalles” por la avenida marítima en “hora punta”, Lamu repleta de gente venida de todos los rincones de Kenia y países cercanos y muchas ganas de fiesta. Una hora antes, ya estaba la gente impaciente por coger sitio y preguntando cuando empiezan a sonar los tambores.
A las 18.30 empieza la música. El gentío, impresionate y presionante. Casi no podemos avanzar. A duras penas logramos contener las ganas de los espectadores de tenerlos al lado. Es como si se creara una fuerza magnética que atrae al personal. Un calor sofocante se suma a la presión del público y a los ritmos de trompeta y tambores. Gritos, brazos, empujones, sudor, caras felices, concentración y música, mucha música.
Los Juniors con todas las ganas del mundo por demostrar lo que llevan dentro y vaya si lo han demostrado. Impresionante la fuerza de sus ritmos e impresionante también el calor humano (literal). Todo el grupo brillaba por el sudor y sus caras de felicidad se contagiaban a todos los presentes, creando una ola como de “trance” que subía y bajaba al son de las señas de Unai, las notas de Rubén y la percusión de la ANIDAN-Bloko del Valle Juniors Band.
Muy cerca y tratando de que no se los comieran, mucha gente de ANIDAN: María y Francesco, Ricardo y Clea, Elena, Marta, Airám, niños y niñas, masais, amigos, Manu (el fotógrafo italiano) y hasta Rafael, contenido como siempre y al que le faltó un pelín para ponerse a brincar.
Tras no pocos esfuerzos, llegamos a la plaza… la LOCURA… Unai sale a hombros entre una muchedumbre enfervorizada pidiendo más, pero no pudo ser, porque interrumpimos la prueba de sonido del grupo estrella local y hay que dejar espacio para todos. El trabajo de dejar constancia gráfica de Erika y Gotzon, complicado: había que pelear por cada centímetro de terreno, los empujones, la falta de luz y el sudor que amenazaba las cámaras. A duras penas logramos salir y nos dirigimos al Mangrub, el café de Omar, que invita a refrescos a todos los protagonistas. Todos empapados y de subidón, con heridas en las manos y pensando ya en el concierto de mañana en el escenario, que promete…
Pasamos por la casa de Ugo & Claudia a dejar los tambores y nos dirigimos, tal cual, a la invitación del embajador español, para tomar un refresco. María aprovecha la coyuntura para tocar temas pendientes y le pone delante el proyecto de la gira, para ver si puede ayudarnos a aligerar trámites.
Día intenso y caluroso que vaticina, mañana, un concierto… (poner aquí lo que queráis).
ALUCINANTE LA CANTIDAD DE GENTE QUE SE PUEDE VER EN ESAS FOTOS. ME ALEGRO QUE HAYA SALIDO TAN BIEN. UN BESO
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