LA PRIMERA DESPEDIDA

Por la mañana, tenemos día tranquilo. Los pequeños tienen que ir al colegio para recoger las notas, así que no hay ensayo. Es viernes, día de oración para los musulmanes. Al mediodía nos acercamos al embarcadero para ir a ANIDAN, con varios niños y niñas que nos han buscado por el pueblo. No encontramos al Capitán Macho, que es quien nos lleva habitualmente y los otros capitanes aprovecha para pedirnos el doble por el trayecto, así que les decimos que no y nos vamos andando. Sigue el calor. Tras la comida, ensayo con el grupo de los mayores y vamos a tratar de grabar lo que necesitamos para el concierto de Roma.

Nada es fácil en África. El tiempo tiene otra dimensión. Nuestra forma de planificar, aquí no vale. Cada instante se vive y punto. Nos cuesta dejarnos llevar por esa inercia.

Tras una hora de taller, nos vamos todos a tocar al poblado que tenemos junto a ANIDAN. Llegamos sin avisar, con los tambores y aquello empieza a sonar. De las cabañas van saliendo niños primero, luego las madres y seguido los hombres. Entre atónitos y curiosos, ven en directo y para ellos, lo que “sólo oyen” todos los días. Y es que los tambores de ANIDAN suenan y están en boca de todos. La felicidad que desprenden y contagian estos niños, empieza a ser un signo de identidad para la  Bloko del Valle Juniors Band ycumple a la perfección con la máxima de RAFAEL SELAS: “En ANIDAN viven niños y niñas felices”.

Nosotros sólo somos una pequeñita parte de ese logro, porque hay mucha gente trabajando para que todo esto sea lo que hoy es.

En estos momentos, sabemos que no es nada fácil conseguir recursos, pero eso no debe desanimarnos. Cada pequeña colaboración es muy válida y necesaria. Desde aquí vamos intentando transmitir lo que allí se vive, pero es muy difícil contar todo lo que estos  pequeños nos dan y enseñan. No es sencillo llegar a ANIDAN, pero lo que sí es muy complicado, es salir.

A tres de nosotros se nos termina el viaje. Natacha de Dautaka y Erika y Gotzon del Bloko del Valle, volvemos y hay que despedirse…

Ya anocheciendo, acaban de cenar y van saliendo del comedor. Se nos tiran al cuello, nos abrazan, nos preguntan porque nos vamos, lágrimas, ¿váis a volver?… Se te hace un nudo en la garganta y no sabes a cuantos estás abrazando a la vez. Un temblor te recorre toda la espina dorsal y te preguntas: ¿y porqué me voy?.

Siempre hay niños que te tocan más que otros y cuando tienes a uno de estos entre los brazos, agarrándose como si sintiera que si te suelta no te va a volver a ver, piensas… los meto en la mochila y me los llevo…

Cuando los dejas allí y sales por la puerta de ANIDAN, es mejor no mirar atrás, porque no te marcharías. El camino de vuelta al pueblo, lo hacemos en silencio. Con el corazón acelerado, sudando emociones y secando sólo las que resbalan por nuestros pómulos.

De todas formas, Unai y Luly se quedan, así que seguiremos informando de los progresos y todo lo que suceda, hasta su regreso.

~ por Gotzon Cañada en 26/11/2012.

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