BLOKO en Canarias – Kenia – Cabo Verde – Costa Rica – Colombia

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Tras tres días de trabajo por instrumentos llega el momento de ir encajando el puzzle. Hasta hoy, cuerdas, vientos, percusión, metales… han trabajado con sus profesores por separado, bajo la atenta supervisión de Iker y llega la hora de empezar con la orquesta. Primeros titubeos, desacoples e inseguridades que el director va puliendo con mucha paciencia y una gran dosis de psicología pedagógica.
A nuestros chicos se les ve un poco inseguros al principio, pero entre Unai e Iker logran que se acoplen y aquello empieza a funcionar. Ver sus caras de sorpresa cuando entienden que forman parte de algo tan grande y diferente y que pueden hacerlo, no tiene desperdicio.
Ver a Iker apuntando detalles, corrigiendo décimas de segundo y proponiendo ilusión, es todo un espectáculo. Ocho horas diarias de trabajo son muchas horas y este grupo las asume sin queja alguna. Son jóvenes, tienen ganas y quieren darlo todo. Los conciertos que se avecinan son muy importantes para ellos y no solo por los escenarios que van a pisar.
Los escasos descansos son para reponer fuerzas, estirar algún músculo y repasar las indicaciones del compositor Donato Goyeneche.
Nuestros chavales de la ANIDAN-BLOKO DEL VALLE Juniors Band nos tienen alucinados. Nunca han trabajado con esta intensidad, y aunque se ven caras de cansancio, cuando llega su momento, están preparados.
Por la tarde llega Luly por sorpresa… gritos, abrazos y risas que hacen que Iñaki salga corriendo pensando que pasaba algo malo. Y vuelta al escenario. Se empieza a vislumbrar la fuerza del repertorio elegido y eso nos anima a todos. La sala del Conservatorio Jesús Guridi va a ser la primera en ofrecer un espectáculo atrevido y muy potente, que puede dejar muy alto el listón de las propuestas de la EIO.
Por la noche y tras la cena ponemos el vídeo del proyecto Tambores para la Convivencia. la sala llena, una atención extrema y una salva de aplausos al finalizar. Han empezado a entender el como y el porqué de esta propuesta que entre la EIO, Anidan, el Bloko del Valle y la Academia Santa Cecilia de Roma, hemos gestado y de la que son partícipes. Conociendo esta historia de primera mano, todo cobra otro sentido y facilita el acercamiento e intercambio de realidades.
Y eso ya se notó a la salida… las notas de una «fanfarria» comienzan a sonar en la fría noche de Barría y la alegría y compañerismo se desborda por sus instalaciones. Bueno, aclarando que había una gran diferencia entre los espasmódicos movimientos de los nativos y la armonía rítmica de los visitantes.

~ por Gotzon Cañada en 20/04/2014.

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