Continúa el trabajo en ANIDAN

 Como cada mañana, recorriendo el camino que nos separa de ANIDAN, bajo un implacable sol y saludando con un “jambo” unas 50 veces, vamos preparando las actividades del día.

Rubén se queda con los juniors, les explica la estructura que han preparado y que van a desarrollar después para que la escriban y memoricen… y lo hacen!!! Luego escuchan los temas que van a tocar en Europa y van trabajando sus entradas y salidas, sus cortes y volumen, para que lo tengan muy presente y no les suene extraño cuando se enfrenten al público desde el escenario.

Mientras Unai, se lleva a los “childrens” al Tamarindo Music Arena, para trabajar con ellos también, ya que con todo este trabajo, se sienten un poco relegados… Le acompañan Amina y Fatma, para que le ayuden en la dirección y se vayan soltando. Amina es muy vergonzosa y le cuesta mucho ponerse delante del grupo, pero lo hace. Es la persona que Unai ha elegido para dirigir. Fatma, más suelta, coge la batuta y va animando y poniendo orden… empieza a sonar… tiene más carácter, pero está estudiando en Malindi y sólo está en ANIDAN algún fin de semana.

Por la tarde, ensayo con los juniors y, por primera vez, llevan sus cuadernos con pentagramas y sus anotaciones, utilizando el suelo arenoso como atril. La nueva foto del grupo, con partitura, nos llena de orgullo.

Tras tres años de proyecto, ver sus avances, implicación e ilusión, nos parece un sueño y ver las caras de felicidad de Rafa y Nyewana, más aún. Miles de imágenes y cientos de vídeos, recogidos por Erika y Gotzon, son fieles testigos, no sólo de sus avances musicales, sino de su crecimiento físico y personal.

Y el tiempo empieza a apretar, porque para tres de nosotros, Erika, Rubén y Gotzon, se acaba. Todavía hay muchas cosillas pendientes antes de dejar a Unai en Lamu (a la espera de Iker) y poco tiempo. En este viaje, no hemos salido de turisteo ni un día. Mucho trabajo y alguna cenita relajante en los cafés del pueblo, al borde del mar y con una temperatura un poco más agradable. Los 19 días que llevamos de viaje se están pasando sin sentir y se nos hacen cortos. Nos vamos sintiendo como en casa, nos conocen y respetan y aunque en ciertos círculos ven esta zona como peligrosa, la verdad es que es un pequeño paraíso, amable y acogedor que espera y necesita viajeros dispuestos a compartir cultura, paisaje, costumbres y música.

~ por Gotzon Cañada en 05/12/2013.

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