Todo el equipo en Praia
El buen humor reina en el grupo, el calor hace brillar nuestras pieles y es el momento de reencuentros con muchas caras conocidas… chavales que han crecido y preguntan por los ausentes… abrazos sentidos y esa complicidad que siempre se da entre los “abducidos” por la percusión.
Y mamá Margarita, la jefa del bareto donde siempre que podemos vamos a comer y que nos recibe con unos abrazos que sorprenden a los comensales… y como siempre nos prepara una suculenta comida casera.
A las 15.00 de la tarde era la cita, pero la idiosincrasia local que ya conocemos, hace que suenen los primeros ritmos a las 16.30…
Comienzan los talleres de los “Mestres” y abre Gamal, escoltado por su hijo Zumbi. Los ritmos caboverdianos tabanca, funaná y batuque resuenan por Praia y atraen a curiosos y turistas.
Tres horas ininterrumpidas que nuestros Juniors aguantan con una inmensa sonrisa y que la contagian a todo el grupo. Aquí les cuesta mucho moverse, pero ver al Bloko les anima y poco a poco se van sumando a la fiesta. Acaban todos bailando y agradeciendo el empujón.
El ambiente que se vive es algo mágico y la experiencia para los “novatos”, indescriptible… pierden sus miedos y se ven capaces de empezar a mostrar lo que llevan dentro… las sonrisas nerviosas del comienzo, se convierten en energía y al finalizar, ya de noche, asumen su cansancio sin palabras y con la naturalidad de quien estuviera haciendo esto toda la vida.
Y esto no ha sido sino el comienzo de una semana potente, potente, potente…
Reblogueó esto en Tambores para la Convivencia Cabo Verde.
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