Atardecer en PORIS DE ABONA a todo ritmo
Empieza a caer el sol. La plaza de Poris, desierta, sólo se oye el rumos del mar. A las 17.50 empiezan a verse ojos sonrientes que buscan tambores…
Se abre la puerta del furgón y empiezan a salir los instrumentos. accesorios y los primeros golpes. En unos minutos, se organiza el grupo y aquello empieza a sonar. Van llegando espectadores y la plaza cobra vida y ritmo.
Muchas caras sonrientes, atentas, felices, intentando seguir las indicaciones de Natacha y disfrutando de y con la percusión… durante dos horas todos olvidamos nuestras rutinas y nos sentimos «bloko».
Al terminar, bien sudados, recogida, más sonrisas, una cervecita y, poco a poco, tarareando los ritmos, la plaza se vuelve a quedar vacía… hasta la semana que viene.